QuÉ es el SÍndrome de Tourette
Es un trastorno que afecta el sistema nervioso. Las personas con ST presentan movimientos y vocalizaciones descontrolados, llamados tics motores o vocales. A menudo se lo relaciona con al menos una afección mental, emocional o conductual adicional, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Los tics aparecen en respuesta a una sensación molesta en los músculos asociados al movimiento necesario para el tic. Aunque pueden ser suprimidos a voluntad, esto requiere esfuerzo y no se puede hacer de forma constante.
Para que el síndrome de Tourette pueda ser diagnosticado los tics deben haber empezado antes de los 18 años, según los manuales DSM. Lo más habitual es que se inicien en la infancia y que perduren durante la adolescencia; no obstante, a lo largo de esta etapa tienden a desaparecer de forma progresiva, si bien pueden mantenerse en algún grado en la edad adulta.
Causas
Las causas no se conocen con total exactitud en la actualidad, si bien sabemos que existe un fuerte componente genético y hereditario pero que también intervienen factores ambientales.
Aunque hay un 50% de posibilidades de que una persona con el síndrome de Tourette transmita el gen que causa la enfermedad a sus descendientes, éste no siempre se expresará en forma de los característicos tics crónicos y múltiples sino que también pueden aparecer trastornos de tics más leves. La probabilidad de que se den tics es más alta en hombres que en mujeres con el gen.
8 características fundamentales
1. Tics motores
Consisten en movimientos recurrentes que no implican sonidos. Pueden ser simples, como encogerse de hombros o parpadear, o complejos, compuestos por varios movimientos (por ejemplo dar giros mientras se camina o tocar objetos de forma impulsiva).
Lo más habitual es que los tics motores se produzcan en la cabeza, si bien con cierta frecuencia implican los brazos, las piernas, el torso y otras partes del cuerpo.
2. Tics vocales
Son emisiones de sonidos, incluyendo las palabras. De este modo los tics vocales simples engloban toses, bufidos o chasquidos de lengua, mientras que los complejos son sonidos más elaborados, como frases.
La coprolalia es un tipo de tic vocal muy característico del síndrome de Tourette que consiste en la emisión de palabras que no resultan socialmente aceptables, como términos despectivos y exclamaciones soeces. El tic motor equivalente a la coprolalia es la copromimia, es decir, la realización de gestos obscenos. Esta característica es una de las más difíciles de aceptar por la sociedad ya que por desconocer el Síndrome tiende a manifestar disgusto con la persona que lo sufre.
3. Deterioro social y/o laboral
Más que una característica definitoria del síndrome de Tourette, el descenso de la calidad de las relaciones sociales y del rendimiento académico o profesional es uno de los criterios básicos para poder categorizar como trastorno un determinado patrón de conducta o un conjunto de síntomas.
4. Obsesiones
Son pensamientos o imágenes que aparecen de forma recurrente y que la persona no consigue apartar de su mente. Entre quienes tienen síndrome de Tourette los rasgos de personalidad obsesivos son más frecuentes que entre la población general.
5. Compulsiones
Las compulsiones son rituales (que pueden ser tanto mentales como conductuales) realizados por personas con obsesiones con el objetivo de reducir la ansiedad y el malestar que estas provocan, es decir, apartar los pensamientos recurrentes de la mente.
6. Impulsividad
Es un rasgo de personalidad que se da de forma particularmente habitual en las personas con síndrome de Tourette. Esto se asocia a una mayor frecuencia de trastornos de conducta, sobre todo durante la infancia y la adolescencia, así como a autolesiones o al consumo abusivo de sustancias psicoactivas.
7. Estado de ánimo depresivo
Los síntomas de tipo depresivo son frecuentes tanto por las dificultades asociadas a los tics crónicos, como puede ser el rechazo social, como por la asociación neurofisiológica entre el síndrome de Tourette, el trastorno obsesivo-compulsivo y los trastornos del estado de ánimo.
8. Lesiones físicas asociadas
A veces, los tics motores muy graves y violentos pueden llegar a producir lesiones físicas. Por ejemplo, es relativamente común que se produzcan dificultades de tipo ortopédico a causa de la repetición de movimientos que fuerzan el cuello o las articulaciones, entre otras partes del cuerpo.